Para la mayoría el 17 de julio no tiene ninguna importancia,
solo es un día más.
Para nosotros, aquellos que
vivimos los Campamentos Claret el 17 de
julio es el día cuya noche anterior no se puede dormir por los nervios, el 17 es el día de los madrugones, del rencuentro
con los amigos que solo ves cada 350 días, es el día de coger el saco, la
maleta y la esterilla, cargarlos de ilusión y ganas de divertirse y montarse en
un Haro, en un Pormasa o en un Iberia para ir a algún campamento de Castilla y León
donde pasar 15 días inolvidables.
Aun era de noche cuando más de
400 personas se ponían en marcha hacia Burgos desde distintos lugares de
nuestra geografía nacional por una idea que lleva viva más de 30 años.
Por fin antes de las 8 de la
tarde andaluces, canarios y extremeños
estábamos todos juntos en el Campamento de Burgos 2014.
Tras dos años separados en dos
campamentos, en Burgos el campamento se reunificaba en uno solo, estábamos
todos juntos de nuevo, este año el campamento prometía ser especial.
No nos habíamos bajado del
autobús cuando los primeros reencuentros y abrazos se repartían entre los
amigos de la pañoleta.
Este año, el trigésimo cuarto
campamento de la historia hemos tenido de todo: como siempre hemos contado con
grandes juegos que hacían las delicias de los niños, hemos tenido talleres donde hemos visto grandes
artista, hemos ido de visita a Burgos y a las Grutas de Atapuerca, hemos jugado
a divertidos deportes, hemos realizado
emocionantes marchas de uno y de dos días, hemos ido a la piscina a darnos un
baño y mucho mas.
Los más pequeños , los de 4º de
E.P., que siguen siendo también de 2º y 3º organizaron un grupo de adorables “Minions” dirigidos por un grupo de
jóvenes monitores que pusieron mucha
ilusión y entusiasmo para que los más pequeños disfrutasen al máximo. Sobre
todo hay que nombrar a la mascota del curso, el Gran Minion, que según me han
dicho se quedó en Burgos esperándonos para el próximo año.
Los de 5º crearon un recreo en
medio del campamento. A pesar de ser el curso menos numeroso no dejaron de
cantar como los demás. Formaron una banda curiosa, fiel a su tema de la Banda
del Patio.
Juntos los cursos más pequeños quisieron
demostrar a los mayores que no son tan pequeños y juntos hicieron un gran fuego
en el que todo el campamento se lo paso extraordinariamente bien. Ambos cursos fueron
juntos a las mismas excursiones que los cursos de los más mayores como Burgos y
Atapuerca.
Los de 1º de ESO, el curso mas
grande, fueron los encargados de la seguridad del campamento, no en vano eran “El Cuerpo de Policía del Campamento”. Así
es señores, teníamos un curso entero de policías, con sus inspectores, los
monitores que no paraban de derrochar ganas y trabajo para conseguir arrancar
una sonrisa de los jóvenes, y con sus agentes rasos, esos acampados que ya van
dejando de ser niños y van siendo más mayores, sin embargo el espíritu del
Campamento les sigue cautivando. Pero no todo fue seguridad, también hubo
marchas, juegos, talleres de placas de policías, entrenamientos de policías, e
incluso una excursión a Burgos.
Una Pequeña Gran Familia, eso era el curso de 2º de la ESO, los
acampados de este curso disfrutaron de su ultimo campamento como Camisas Amarillas. No faltaron los juegos como el Fusbeisball ,
los paseos del inserso de JosePedro, o los talleres y las excursiones. Pero
este curso se caracteriza por la despedida, y en este ámbito hubo muchas lágrimas,
sobre todo lloraron en su fuego, el último del campamento y siempre el más
emotivo sobre todo cuando se leyó la Carta, porque esta generación ya no serán más
camisas amarillas sino que si vuelven
lo harán como camisas azules.
En cuanto a los animadores, esos camisas azules, en su onda, aunque este
año con un pequeño aliciente, vivían en el camping, o Mordor, como ellos decían. Para venir al campamento tenían que ir y
darse un paseíllo bueno pero ellos lo hacían con todo el cariño del mundo pues
no quieren otra cosa que aprender y servir, pero también saben divertise, por
eso no dejan de ser uno de los cursos mas movidos y que mas cantan del
campamento, su canción ha sido unas de las preferidas del campamento. Sin duda
su labor es como todos los años imprescindible y tenemos que darles las
gracias.
Pero no solo los animadores nos
ayudan sino también los padres y todo el personal de cocina y enfermería que
nos ayudan cuando tenemos hambre, cuando nos duele algo y cuando, sobre todo en
los más pequeños, echamos de menos a nuestros padres. También este año debemos
mencionar a los tres seminaristas que nos han ayudado espiritualmente con esas
oraciones diarias y que nos han apoyado cuando lo hemos necesitado: Luis
Enrique, Tomas y Rocky.
Este año hemos tenido también la
tan deseada prueba Rambo y las demás
excursiones, pero destaca sobre todas las actividades el 23 de julio, mitad del
campamento y Día Misionero, día en el que todo el campamento confraterniza para
ayudar a nuestro proyecto misionero en Zimbawe. Gracias a todos.
Sin duda una de las cosas por las
que el campamento funciona es porque los monitores les ponemos entusiasmo, no
solo en esos 15 maravillosos días, sino antes y después del campamento, para
prepararlo y para volverlo a hacer. Los Camisas “Multicolor” son las extremidades del campamento mientras que las
Camisas Amarillas son el Alma.
Gracias a todos ellos nosotros
podemos pasar esos 15 inolvidables días que sin duda significa un antes y un
después no solo en el verano sino en la vida de cada uno de nosotros, porque
ahora contamos los días que faltan hasta el próximo campamento, incluso desde
el momento en el que nos montamos en
esos Haro, Pormasa o Iberia empezamos a contar esos 350 días que faltan hasta
el campamento que viene.
Muchas gracias a todos los que
hacen posible este campamento y nos vemos en 350 días en el Campamento 2015.
Rodrigo Murillo Ceballos-Zuñiga
Monitor de Aire Libre