“Por fin la esperada acampada de supervivencia, actividad que culmina el proyecto de formación de animadores cada año, la acampada en la que verdaderamente el grupo de animadores tiene que trabajar al completo para que todo salga bien, olvidándote de lo cansado que estés, de lo que te duelan los pies o lo que hayas andado.
En esta acampada puede cambiar por completo el pensamiento que puedas haber hecho en los demás a lo largo del año en Aire Libre, ya que puedes demostrar si realmente vales o darte cuenta de que en el fondo no estás hecho para disfrutar a más no poder con AL en la mayoría de sus actividades.
La acampada prometía, ya desde el comienzo, por el alto número de animadores que nos disponíamos a iniciar el viaje, más de una treintena, la mayoría de ellos con unas ganas indescriptibles de vivir un nuevo fin de semana todos juntos.
Y no decepcionó, al menos a mi parecer, y eso que el tiempo no ayudó precisamente. El viernes cuando llegamos empezó a llover, y prácticamente no paró hasta el domingo por la mañana. Pero yo pienso, y otros animadores están de acuerdo conmigo en que, aunque no hubiese llovido habría sido difícil que hubiese salido mejor, distinta, quizá sí, pero no mejor.
El viernes terminamos la marcha hasta San Nicolás del Puerto chorreando pero eso no evitó que esa noche pudiésemos disfrutar de la dinámica preparada, una dinámica que ha motivado a muchos y que no se le olvidará fácilmente a la mayoría, la historia de Pepe será algo que tendremos ahí durante mucho tiempo y que nos dio fuerzas para un difícil sábado.
La marcha de la mañana siguiente sí fue dura, salimos ya lloviendo y mientras desayunábamos diluvió; luego andamos casi sin pausa el camino que se tenía pensado hacer durante todo el sábado, viendo la situación lo realizamos sólo en mediodía, llegando a la piscina municipal de Constantina sobre las 15:30. Lo que permitió que el resto del día el grupo de animadores conviviese y se creasen y reforzasen los lazos de amistad, haciendo de un día lluvioso, un día diferente; la mayoría con ropa prestada de los que la tenían más seca, o menos mojada. Un día fantástico que culminó con un taller de sevillanas y bailes en el que lo pasamos estupendamente y nos reímos un montón. Al caer la noche dos historias de miedo, una de ellas conocida por algunos, la del famoso niño de Somosierra.
El domingo por fin, cuando amaneció, salió el sol, lo que permitió que la vuelta hacia la estación de tren fuese más sosegada aunque igual de agradable.”
Y así finalizaba una acampada de supervivencia que nadie olvidará, después de ver como el grupo de animadores ha trabajado durante el año, espero con impaciencia que llegue el campamento para culminar el curso.
José Joaquín Barneto del Río
2 comentarios:
grande bola...
Me parece un acierto haber retirado la noticia de la visita, no os venía bien publicitarla. Un saludo.
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