Eran
las ocho de la mañana y todo estaba dispuesto. La larga hilera de autobuses
“Haro”, estacionados junto a la entrada de Aire Libre, cobijaban del frío
matutino a los padres que, junto a sus hijos, esperaban ansiosos la salida
hacia Loja un año más.
Los animadores ultimaban detalles
y cargaban en los autobuses todo el material necesario para el desarrollo de la
acampada, así como las maletas de los acampados. Los monitores de cada curso pasaban lista y organizaban a los niños
dentro de los autobuses; otros, optaron por charlar con los familiares de los
mismos para tomar nota de algunos aspectos importantes a tener en cuenta.
La cosa pintaba bien y, con todo
preparado, nos pusimos en marcha. Como es costumbre en Aire Libre, en cada uno
de los autobuses se rezaron las oraciones correspondientes, pidiendo al Señor
que nos acompañara en el trayecto y durante el fin de semana.
Aprovechando que algunos niños
dormían en el autobús, el grupo de monitores de segundo de la ESO pensamos que
era el momento idóneo para crear algunos cánticos que nos caracterizasen como
un grupo unido. Algo parecido hicieron los otros cursos pues durante el desarrollo
de la acampada hubo una verdadera “guerra” de gritos, cánticos y canciones
entre los “fiesteros” de segundo, los “atletas” de primero y los “mimos” de
sexto, que siempre terminaban con las risas y aplausos de acampados y
monitores.
La primera gran actividad que realizamos
todos los cursos juntos fue la visita al Palacio de Carlos V, situado en la
Alhambra. Fue allí donde hicimos la característica foto en la cual los
acampados dibujan con sus cuerpos las iniciales de la Asociación. Nuestra
sorpresa fue la ovación que recibimos al terminar de todos los turistas que
visitaban la zona, pues estaban perplejos ante tan insólita y divertida
situación. Esta fue una de las muchas actividades que realizamos todos juntos,
pues también tuvimos la disputada velada, el famoso pasaje del terror y la
esperada excursión a Sierra Nevada que realizaron los tres cursos. Lugar donde
los acampados disfrutaron de magníficos momentos, rodeados de uno de las
mejores paisajes que proporciona nuestra comunidad autónoma.
Por
todos esos momentos mencionados en estas líneas y muchos más que por espacio no
he podido añadir, creo que esta acampada de Loja ha sido núcleo de risas y
felicidad para acampados y monitores. Ahora toca esperar pero…llegará Loja
2013.
Luis Rubiño Ortega
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