SEXTGIPCIOS EN FUENTEHERIDOS
¿Qué decir que no se haya dicho nunca de una acampada? Todos
sabemos lo que pasa en una acampada pero siempre hay una que es especial para
cada uno y que siempre recordarás. Esa acampada suele ser la primera, pero, ¿la primera en qué? Todo el mundo recuerda su
primera acampada de acampado, la primera de animador y en este caso muchos
recordaremos esta acampada como la primera como monitores.
Era el 31 de octubre cuando un curso, SEXTgipcios, partía
rumbo a Fuenteheridos guiado por un grupo de monitores novatos (Quique
Fernández, Carmen Méndez y de Don Benito Laura de Cía y Celia Nieto) cargados
de ilusión dispuestos a pasarlo lo mejor posible. Junto a ellos iban también
los experimentados monitores (Ignacio Ayerbe y Pablo Ortiz)
Los niños también iban con mucha ilusión, ya que para más de
uno era su primera acampada de todas.
Este gran grupo (aunque no fuera muy numeroso) llegó desde
Sevilla y se reencontró con los amigos de Don Benito, "amigos de pañoleta".
La sensación que se genera, ya seas acampado o monitor, tu primera u octava vez,
al ver a los amigos de los otros colegios Claret es indescriptible, emoción,
alegría y lo que es mejor, un fin de semana entero para hablar de cómo va la
vida.
Volvamos a la acampada a este curso le había tocado ser
egipcios por un fin de semana donde tendrían que construir pirámides entre
otros misterios del Antiguo Egipto, eran SEXTgipcios. El primer día tras todos
los abrazos y una vez instalados y cenados (una buena sopa salada) se realiza
el tradicional pasaje del terror. Historias de miedo inventadas por los
monitores sobre la marcha, disfraces, susto al dueño del terreno y gritos de
los niños que van cogiendo confianza entre ellos. Tras todo esto llega la
‘calma’ y los niños se dirigen a las tiendas para dormir, o al menos
disimularlo. La hora de dormir del primer día, otro clásico de las acampadas, los niños no quieren dormir
y los monitores están un buen rato intentando que se duerman, o al menos, se
hagan los dormidos.
Al día siguiente empezaba la primera misión de nuestros
egipcios, tenían que construir una pirámide para el Gran Faraón Piri. Tocaba
tirar de imaginación. Tras pasar las duras pruebas, alabar al faraón, derrochar
originalidad y alguna que otra travesura, las pirámides estaban listas para
examen, aunque el ganador fue lo que menos importó. El resto de la mañana fue
preparar el teatro egipcio de la velada. Por la tarde, tocaba el taller y con
algunos contratiempos se hicieron los lapiceros momia. Y llega la hora de la
velada contra los compañeros de primero de la E.S.O, monitores pintados,
monitoras disfrazadas y dos presentadores que por lo menos harían algo en la acampada.
El domingo nos tocaba la excursión y la gymkhana en el
pueblo. Se le explicó a los niños la historia del pueblo antes de empezar a
jugar, y al acabar por fin comenzó el juego. Transcurrido parte del juego
empezó a llover y hubo que refugiarse, pero no hay nada que no se pueda
arreglar con unas canciones de campamento, unos juegos tradicionales y algunas
chuches con los que pasar el rato y deslumbrar a la gente del pueblo ya en el
campamento tocaba la recogida y despedida de nuestros amigos de pañoleta.
Otra vez las emociones a flor de piel y el deseo de volver a
vernos en el campamento.
Quique Fernández Blázquez
3º de Animadores de Aire Libre Claret Sevilla
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