Los miembros de Aire libre, Belén, Manolo, Lucía y yo, Jaime, tuvimos la oportunidad de conocer a gente de todas partes: americanos, mexicanos y por supuesto, españoles. Hicimos unas amigas de Córdoba con las que entablamos una buena amistad, visitamos un convento carmelita y estuvimos charlando con las monjas que allí residían ya que una de ellas era familiar de Belén y nos contó como vivían ellas las jornadas desde el recogimiento y la oración. Conocimos el colegio Claret de Madrid, donde escuchamos misa y saludamos a todos nuestros amigos de la Bética. En fin, multitud de actividades.
Pero no vengo a contar lo que hicimos allí, porque además todos podríais haceros una idea de cómo fue, ya que había infinidad de medios de comunicación que redactaron los acontecimientos. Yo vengo a contar lo que allí vivimos.
Señores, personas de todas partes del mundo, y cuando digo todas es algo verídico, y todos con un mismo fin, el de seguir a Jesucristo. Y os aseguro que la felicidad, el compañerismo y la amistad que se respiraba en el ambiente de Madrid durante esos días era envidiable. Bomberos, policías, protección civil, todos compartían la opinión de que el comportamiento era ejemplar, que ningún evento ni musical ni deportivo reunía tal número de personas sin existir incidente alguno, y todo eso gracias a uno, tan solo uno, Jesús.
Hoy en día la sociedad que nos rodea suele mofarse sobre los temas religiosos y no respeta; pues señores no estáis solos, cuando uno ve en Madrid que hay miles de jóvenes como tú que quieren seguir el evangelio adquieres fuerzas renovadas para continuar creciendo en la Fe.
Los miembros de Aire Libre que asistimos a la Jornada Mundial de la Juventud nos traemos, como ya dije antes, una experiencia inolvidable. Por eso, todos los que pertenecemos a Aire Libre, en mayor o menor medida, deberíamos transmitir este sentimiento cristiano ya que la Asociación nos brinda la oportunidad de trabajar con niños y jóvenes que aún tenemos que seguir formando en valores cristianos.
Os animo nuevamente a que no esperéis una nueva JMJ para disfrutar de Jesús y del cristianismo porque somos nosotros los jóvenes los que tenemos que demostrar que esta vida merece la pena vivirla desde el evangelio.
Y termino con una frase que resume todo lo escrito tras estas palabras y que no es mía sino de nuestro actual Papa, y dice: ”JÓVENES, NO OS AVERGONCÉIS DE JESUCRISTO”.
Jaime Gómez Acero
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